lunes, enero 12, 2009
viernes, abril 18, 2008
Sueño Urbano (Parte I)
Estoy por llegar a la meta... De repente, un sonido ensordecedor vuelca mi pensamiento en realidad. Despierto. Aún son las cinco y media de la mañana, pero ya no puedo seguir en cama. Pese a que lo deseo.
Podría haber seguido en el dulce sueño. Pero, el gobierno de Alejandro Toledo, con ejemplo de por medio, me enseñó que seguir la “hora cabana” genera serias consecuencias. Por algo dicen: Al que madruga, Dios le ayuda. Espero contar con su auxilio todo el día.
Un baño frío y un desayuno similar. Elegir la vestimenta para el día –hace frío, es muy temprano. Al medio día hace calor. Pero hoy regreso a medianoche, nuevamente soportar el frío-. Al diablo con el calor, decido llevar una chompa. - ¿Quién comprende al clima? Venganza dulce de la naturaleza, que nos abraza con su calor, y nos abofetea con el frío. Pues sabe que el hombres es instintivamente masoquista.
Cinco minutos en el paradero. Latones estridentes se aproximan. El ómnibus está repleto. Como todos los días he comprendido el mensaje: ‘al fondo hay sitio’. Empujones. Expresión de fastidio. Alguien pisa mis zapatos. No oigo ninguna disculpa. -¿Por qué esperaría disculpa alguna? Debería decir gracias. Para el hombre actual un golpe es una caricia. Un grito, una palabra de aliento. Un insulto, una complacencia. Esto es modernidad.
Dentro del ómnibus hay gente que grita. Perdón, habla. Hay otros que son autistas. Sus oídos están conectados con otros mundos. Y nunca faltan los astutos, cuyos ojos están vigilantes a la manumisión de algún asiento. - Gracias a Dios. Aunque sea para algunos todavía existe el ‘otro’. Sí, el ‘otro’. En este caso el ‘otro’ es un estorbo para el reposo de sus traseros.
-Pasajes, pasajes. El ómnibus se convirtió en un ring de pelea. El retador se hace llamar ‘cobrador’. Insultos. Busco mi pasaje y mi carné universitario. El rostro del ‘cobrador’ manifiesta una expresión de disgusto cuando le enseño el carné. Insultos. Una señora embarazada se encuentra de pie buscando su pasaje. No lo encuentra. Tampoco su celular aparece. Grita. Acusa a ‘cobrador’, lo tilda de ladrón. De repente, el ómnibus se detiene… (Continuará)
Podría haber seguido en el dulce sueño. Pero, el gobierno de Alejandro Toledo, con ejemplo de por medio, me enseñó que seguir la “hora cabana” genera serias consecuencias. Por algo dicen: Al que madruga, Dios le ayuda. Espero contar con su auxilio todo el día.
Un baño frío y un desayuno similar. Elegir la vestimenta para el día –hace frío, es muy temprano. Al medio día hace calor. Pero hoy regreso a medianoche, nuevamente soportar el frío-. Al diablo con el calor, decido llevar una chompa. - ¿Quién comprende al clima? Venganza dulce de la naturaleza, que nos abraza con su calor, y nos abofetea con el frío. Pues sabe que el hombres es instintivamente masoquista.
Cinco minutos en el paradero. Latones estridentes se aproximan. El ómnibus está repleto. Como todos los días he comprendido el mensaje: ‘al fondo hay sitio’. Empujones. Expresión de fastidio. Alguien pisa mis zapatos. No oigo ninguna disculpa. -¿Por qué esperaría disculpa alguna? Debería decir gracias. Para el hombre actual un golpe es una caricia. Un grito, una palabra de aliento. Un insulto, una complacencia. Esto es modernidad.
Dentro del ómnibus hay gente que grita. Perdón, habla. Hay otros que son autistas. Sus oídos están conectados con otros mundos. Y nunca faltan los astutos, cuyos ojos están vigilantes a la manumisión de algún asiento. - Gracias a Dios. Aunque sea para algunos todavía existe el ‘otro’. Sí, el ‘otro’. En este caso el ‘otro’ es un estorbo para el reposo de sus traseros.
-Pasajes, pasajes. El ómnibus se convirtió en un ring de pelea. El retador se hace llamar ‘cobrador’. Insultos. Busco mi pasaje y mi carné universitario. El rostro del ‘cobrador’ manifiesta una expresión de disgusto cuando le enseño el carné. Insultos. Una señora embarazada se encuentra de pie buscando su pasaje. No lo encuentra. Tampoco su celular aparece. Grita. Acusa a ‘cobrador’, lo tilda de ladrón. De repente, el ómnibus se detiene… (Continuará)
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