miércoles, abril 12, 2006

Impugnaciones de Actas y algo más

Parece que Alan García siente que en el exterior no lo quieren, por ello su partido a pedido nulidad de las actas de votación en el exterior. El APRA alega que se han cometido graves irregularidades en las actas de las votaciones en Milán, Madrid, Miami, Nueva York y La Plata.

Ummm... además el 8.16% del total de las actas de la votación dentro del Perú han sido observadas.

Parece que esto va a ser la Guerra de las impugnaciones. Se acercan tiempos díficiles para el JNE y laONPE.

Bueno, el único que está seguro que pasará a segunda vuelta, es Ollanta Humala, y si siguen paleándose los otros dos, parece que él va a ganar (a preparar el passaporte y la visa).

Lourdes y Alan han dicho que lucharán hasta el último voto, y que están en "las manos de Dios". Parece que los resultados van a demorar más de los 20 días que ha dicho la ONPE.

Simplemente, yo no quiero que salga Humala y tampoco quiero a Alan, Lourdes no es santo de mi devoción, pero entre los tres es la única que me parece más correcta. Si pasa Alan, bueno tendré que decidir, ver a todos los apristas en las instituciones estatales (con la demagogia y los discursos baratos) o tener que ver todos los días "Aló Presidente con Ollanta Humala" en todos los canales de televisión.

Estos son los resultados de la ONPE al 88,067%

Ollanta Humala (UPP) 31,00% 3 millones 440 mil 992 votos

Alan García (APRA) 24,43% 2 millones 711 mil 756 votos

Lourdes Flores (UN) 23,32% 2 millones 589 mil 041 votos

Diferencia Alan y Lourdes = 122 mil 715 votos


Links:

Actas observadas son el 8.16% del total

1 comentario:

Anónimo dijo...

Después de ver los resultados de las elecciones a nivel regional, creo que si la contienda es entre Flores y Humala, Lourdes no tiene mucha acogida.

Te adjunto artículo que explica algo sobre el por qué Ollanta tiene tanta acogida especialmente en lugares en que no los debería tener.


Les alcanzo un artículo de Carlos Iván De Gregori titulado "No hay lonche
gratis", que creo imprescindible leerlo y difundirlo para entender esta
pesadilla o sueño electoral que vivimos...




La CVR entregó su informe, que si
hubiera que resumirlo en una frase
en lenguaje comprensible en estos
tiempos, podría solo decir: "no hay
lonche gratis".



No hay lonche gratis

¿Fue Baltazar o Nabucodonosor? Ha
pasado tanto tiempo que no estoy del
todo seguro. Lo cierto es que uno de
ellos decidió dar una fiesta para
los grandes del reino. En medio del
banquete, una mano misteriosa
apareció de repente y escribió con
sangre en una pared del palacio:
Mene Mene Tekel Upharsin. "Tus días
están contados y tu tiempo medido.
El fin de tu reino ha llegado."


El rey y los cortesanos se
inquietaron pero la mano se esfumó,
la música había seguido sonando, las
bailarinas danzando, y con tanto
vino, carne de monte, frutas,
manjares y sobre todo seguridad en
sí mismos, pronto olvidaron o
hicieron como que olvidaban el
graffiti que ya se comenzaba a
desdibujar en la pared. Y la vida
siguió siendo un carnaval. Pero en
la madrugada siguiente, mientras
todos dormían, Babilonia, la de
murallas impenetrables y jardines
colgantes, fue arrasada por los
ejércitos de Ciro el Grande.


Casi tres mil años después, una
lejana república en la periferia del
mundo conocido vivía también una
fiesta democrática. Sus ciudadanos
volvían a las urnas para elegir
presidente después de 17 años. Pocos
advirtieron que una mano escribía en
la pared de una provincia lejana:
"el triunfo de la revolución costará
un millón de muertos". No nos dimos
cuenta o no quisimos darnos cuenta
de esa y otras señales, hasta que el
país acabó bañado en sangre y con
sus instituciones en escombros.


Pero en esta ocasión, quienes
pretendieron arrasar la república
fueron derrotados, y la vida siguió
igual. Pocos sintieron la necesidad
de hacer algo para que la tragedia
no se repitiera. Otorgándoles el
beneficio de la duda, digamos que
pensaron que lo mejor era implantar
hasta volver irreversibles las
reformas económicas llamadas
'neoliberales' en estas tierras
antárticas. Ellas podrían resumirse
en tres lemas, que se volvieron
sentido común: sinceramiento de la
economía; "chorreo" y no hay lonche
gratis.


Pero el modelo, que no debía ser
tocado ni con el pétalo de una rosa,
mostró tempranamente grandes
flancos, como la corrupción
galopante de la década de 1990. El
presidente del gobierno de
transición creó entonces una
procuraduría anticorrupción y una
Comisión de la Verdad (CVR) para
investigar el conflicto armado
interno que desgarró el país. La
comisión entregó su informe, que si
hubiera que resumirlo en una frase
para escribirlo en una pared en
lenguaje comprensible en estos
tiempos, podría solo decir: "no hay
lonche gratis".


En otras palabras, después de haber
vivido el conflicto más mortífero en
sus casi 200 años, la república no
puede comportarse como si nada
hubiera pasado. Pero a muchos les
resultaba incómodo emprender
reformas impostergables, o reasignar
prioridades y restarle lonche, por
ejemplo, a las empresas
transnacionales, para darle siquiera
mendrugos a las víctimas de la
violencia. Y así, la vida siguió
siendo un carnaval, en Asia y en
Punta Sal.


La fiesta democrática de 2006 se
inició como si el conflicto nunca
hubiera ocurrido. Sus secuelas no
figuraban en el debate. Más bien,
quien no se conformaba al
pensamiento hegemónico era
estigmatizado por los guardianes de
lo políticamente correcto en el
Perú: populista, comunista, blando
con el terrorismo, izquierdista
caviar, intonso, ignorante,
irresponsable. Adjetivos no
faltaban. Y la estrategia parecía
funcionar.


Así, cuando algunos jueces
procedieron a abrir juicios a
militares por presuntas violaciones
de los DD.HH., los principales
candidatos se apresuraron a pedir
amnistía, cuando ningún militar
había sido siquiera procesado.


Hasta que irrumpió el tercer
outsider de nuestra historia
reciente. Si las peripecias del
primero terminaron en tragedia y las
del actual tienen mucho de comedia,
la historia de Ollanta Humala
muestra desde el comienzo toques
grotescos y de ese género
cinematográfico llamado gore, donde
la sangre salpica la platea. Toques
grotescos porque los rasgos que se
esbozaban en los outsiders
anteriores aparecen esta vez más
acentuados: pleitos por un lugar en
las listas parlamentarias, papel
prominente de familias cada vez más
inverosímiles. Gore, por las
historias que comenzaron a aflorar
como cadáveres cuando el barro que
cubre un entierro mal hecho comienza
a ser lavado por la lluvia: las
historias del capitán Carlos.


La justicia tendrá que probar si
Humala es responsable de violaciones
de los DD.HH. en Madre Mía. Lo que
quiero destacar es cómo cuando pasa
al primer lugar en las encuestas,
quienes ignoraban o rechazaban el
Informe de la CVR comienzan a
invocarlo y a utilizarlo como arma
arrojadiza contra el outsider. Lo
segundo es que a pesar de las graves
acusaciones, de sucesivos errores en
otros campos y de una campaña de
demolición en su contra, el outsider
no cae.


Se ha hablado de reflejos
autoritarios y de ignorancia de los
votantes pobres, pero,
concentrándonos en el tema de los
DD.HH., ¿por qué habrían de hacer
caso los electores a candidatos y
medios que hasta el día anterior
practicaron en este tema un
fujimorismo sin Fujimori? Flores ha
manipulado a las víctimas de la
violencia de Andahuaylas 2005 como
sus primos del PP español a las
víctimas de ETA. García eligió como
compañero de plancha al responsable
de las operaciones del Frontón en
1986. Paniagua, al parecer asustado
por su propia criatura, se replegó a
los predios de un partido, AP, que
nunca hizo un balance serio sobre su
actuación en el conflicto. Todos
tuvieron la oportunidad de hacer
introspección y pedagogía política,
sin necesidad de avalar el conjunto
del Informe de la CVR, pero
prefirieron ignorarlo o atacarlo.
Nadie quiso consolidar la
subordinación de las FFAA al
gobierno civil a través del
Ministerio de Defensa. ¿Por qué
asombrarse entonces si los votantes
vuelven sus ojos hacia un militar?
¿Por qué asombrarse si este
probablemente alcanza su más alta
votación en los lugares más
afectados por la violencia, que se
sienten excluidos de los beneficios
del crecimiento económico, de su
reconocimiento como ciudadanos y de
la atención que merecen como
víctimas?


Moraleja: aunque se quiera ignorar o
demoler el Informe de la CVR, los
temas allí planteados seguirán
reapareciendo -incluso de maneras
perversas como ahora- para aguarnos
cualquier fiesta, porque no podemos
construir nuestra casa para el S.XXI
conservando miles de esqueletos en
el clóset; porque en este campo, más
que en cualquier otro, no hay lonche
gratis. Si no queremos que la mano
reaparezca y tragedias similares nos
agobien más adelante, tenemos que
hacer justicia, reparar a las
víctimas, convertirnos en un país de
ciudadanos plenos y entonces
reconciliarnos. Tenemos que estar
dispuestos a pagar un precio que
está más allá de la macroeconomía,
en el terreno de la ciudadanía, de
la identidad nacional y de la ética.